Alberto Pincherle (Moravia es el nombre de la abuela paterna) nace en 1907, en el seno de una familia burguesa acaudalada. Su padre, Carlo, judío no practicante, era arquitecto y pintor, de origen veneciano. La madre, Teresa Iginia (Gina) De Marsanich, católica, era de Ancona. Alberto fue el segundo de cuatro hijos, tras Adriana (1905 – 1996), pintora; le sigue Elena (1909 – 2006), mujer del embajador Carlo Cimino; el menor fue Gastone (1914 – 1941), muerto en combate. Alberto lleva una vida normal, aunque seria y solitaria.
Moravia no hace estudios regulares porque comienza a padecer en 1916 una tuberculosis ósea que le obliga a guardar cama por cinco años (dos de ellos en un sanatorio). Sólo un año está en el Liceo Torquato Tasso, y consigue la secundaria con esfuerzo. Ese será su título. Pero se instruirá personalmente con numerosas lecturas, hasta formarse profundamente. Entre sus autores favoritos, destacan: Shakespeare, Molière, Goldoni, Stéphane Mallarmé, Dostoyevski y James Joyce. Aprendió francés y alemán, y empezó a escribir.
En 1925 deja el sanatorio y comienza a escribir Los indiferentes. Conoce a Corrado Alvaro y Massimo Bontempelli. Prominente en la actividad literaria italiana desde 1927, cuando empezó a escribir para la revista 900, donde aparecen sus primeros cuentos, acerca de las dificultades morales de las personas socialmente alienadas y atrapadas por las circunstancias.
En 1929, con dificultad, publica la novela Gli indifferenti, muy aceptada, como relato en bloques teatrales y como retrato de los italianos de ese tiempo. Al romanzo italiano. La decadencia de la burguesía italiana, durante el régimen fascista, viene representada sin una intención crítica obvia, pues es una novela existencialista que narra la historia de una familia con comportamientos corruptos, que acaban vencidos por su apatía y falta de dignidad. La segunda novela Le ambizioni sbagliate, es una mezcla de novela negra y de relato introspectivo a lo Dostoyevski, sin gran fortuna.
En 1930 empieza su colaboración en La Stampa, dirigida por Curzio Malaparte, y en 1933 fundó, con Mario Pannunzio, las revistas Caratteri, y luego Oggi. En este año escribe para la Gazzetta del Popolo, pero el régimen fascista le censura recensiones de la novela La mascherata (sátira sobre las dictaduras, situadas en Suramérica), y prohíbe Agostino. En 1935 va a EE.UU. y da conferencias sobre la novela en la Casa Italiana de la Columbia University de Nueva York. A su regreso escribe unos cuentos: L’imbroglio 1937. Para evitar la censura, Moravia escribe cuentos alegóricos y surrealistas.